Con mucha ilusión os lo comparto este artículo que escribí para la revista Gansos Salvajes Magazine, que está formado por un gran equipo de mujeres al que admiro, y al que sigo desde los inicios del proyecto.

Es “una publicación en la que la belleza, la inteligencia y la autoestima femenina” conviven de forma natural. Es un honor haber hecho una pequeña aportación a través de este artículo que me pidieron.

Espero que os guste…

LA VOZ DE LAS MUJERES  de NAVINA SOLER

Hace muchos años que me di cuenta de la importancia de recuperar la voz y el canto en nuestra vida cotidiana y sobre su gran potencial terapéutico.

Esto me llevó a dedicar gran parte de mi vida a investigar en profundidad sobre el tema mediante mis propias vivencias y también a través de los cursos y talleres que he ido facilitando y desarrollando, con muy diversos colectivos, y que acabaron transformándose en un método propio al que puse el nombre de CantART.

El método CantART es una propuesta grupal que nació como un laboratorio para el desarrollo del potencial humano. Se fundamenta, principalmente, en la música y el canto terapéutico, en la meditación y la conciencia plena (mindfulness) y en la Biodanza.

CantART nos recuerda que todas las personas son creativas y todas saben cantar. La cantante que hay en mi interior no desaparecerá, aunque yo no honre ese don porque crea que no se cantar, dice Marlo Morgan, la autora de “Las voces del desierto”.

Cantar es nuestro derecho de nacimiento y todas las personas tenemos la oportunidad, si así lo elegimos, de disfrutar del canto para conectarnos con la alegría de vivir. El canto es, además, una vía muy poderosa de autoconocimiento y de expansión de nuestra luz interior.

Estamos viviendo un momento único en el que la voz de muchas personas y de muchos colectivos -que han sido acalladas a lo largo de los siglos- se está empezando a escuchar.

Aunque no todas las personas sean conscientes de ello, en realidad, cada una de nosotras contribuye a este movimiento de despertar de la conciencia. Cada pequeño acto de amor por nosotras mismas y por el mundo que realizamos en nuestra vida cotidiana contribuye a cambiar el rumbo de la historia. Y cada canción que cantamos nos puede ayudar a sanar y a hacer del mundo un lugar más amable en el que vivir.

Además, cada vez que abrimos nuestro corazón a la vida, ayudamos a sanar las heridas acumuladas por toda nuestra familia a lo largo de los siglos y a transformar el dolor en amor. Nuestros ancestros nos acompañan siempre, los llevamos en nuestras células y también en nuestra voz.

Cada persona es una mezcla perfecta de todos los hombres y mujeres que la han precedido desde el principio de los tiempos. Cada una de nosotras alberga también a un hombre y una mujer interiores, como un símbolo del principio femenino y masculino en cada una de nosotras.

Si las mujeres sanamos nuestro corazón ayudamos a sanar también el corazón del mundo, el de nuestros ancestros y el de nuestros descendientes.

Cada vez escuchamos la voz de más y más mujeres que -en su propio camino de conocer, mostrar y ofrecer sus dones y talentos al mundo- nos impulsan a dar un paso en el proceso de atrevernos a que nuestra propia voz sea escuchada.

Estamos aprendiendo a ver el mundo con ojos nuevos y a atrevernos a contar lo que vamos viendo, aunque no siempre coincida con los valores establecidos. Estamos co-creando un mundo nuevo y empezando a creer que todas las voces merecen ser escuchadas, que nuestra propia voz merece ser escuchada.

Es imprescindible que las mujeres recuperemos nuestra voz para poder aportar el sabor especial de nuestro canto.

Esta nueva mirada hacía nosotras mismas y hacia el mundo puede ser impulsada, literal y metafóricamente hablando, mediante el despliegue de nuestra voz y nuestro canto.

En la cultura del esfuerzo en la que todavía vivimos, la oportunidad de sanarnos cantando desde el corazón nos ofrece la oportunidad de elegir el camino de la afectividad, la creatividad y el placer.

Es una invitación a cantarle toda nuestra belleza al mundo para convertirlo en un lugar más bello y a cantar la belleza del mundo para convertirnos en seres más bellos, aportando desde la autenticidad del ser.

El canto lo podemos practicar como un acto de amor y cuidado hacia nosotras mismas, hacia otras personas o hacia la naturaleza.

Os recomiendo que canturreéis cantos inventados espontáneamente para cualquier parte de vuestro cuerpo que precise de vuestros cuidados. Quizás vuestras manos, vuestra espalda o vuestro corazón necesitan hoy de un mimo extra que podéis proporcionarles, al igual que una madre le canta a su bebé para calmarlo, o un niño a su muñeca para dormirla. También podéis cantarle una canción de agradecimiento inventada a un bosque, al mar, a vuestros ancestros o a vuestros seres queridos, estén o no ellos presentes.

Una de mis prácticas preferidas es la de acariciar mis manos, como extensiones de mi corazón, mediante las caricias proporcionadas por mis propias manos y mi propia voz, a modo de nana para mi misma.

¡Me gustaría que alguna de estas ideas que os he compartido pueda seros de utilidad y que os inspire para inventar otras nuevas!

Navina Soler

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Te cuento más sobre CantART, el método grupal de desarrollo de nuestros potenciales a través del canto que he creado a lo largo de todos estos años de investigación, en este video de mi canal de YouTube: https://youtu.be/PE_lLuYDJCU

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