Este es un texto que escribí para el ebook de Tierra de Lunas “Somos Sabias. Una guía de inspiración y auto-cuidado para tu día a día”. Es una preciosa recopilación que ha sido publicada este mismo otoño y que podéis conseguir a través de su web.
“Acariciar mi Corazón con mi Canto” es una de mis prácticas preferidas de auto-cuidado que propongo a menudo en mis clases de CantART. Aquí te la cuento para que tu también puedas conocerla y practicarla en casa si te resulta inspiradora.
ACARICIA TU CORAZÓN CON TU CANTO
El canto se ha usado desde el principio de los tiempos en todas las culturas ancestrales para ayudar a las personas en sus procesos de sanación, tanto a nivel físico, como a nivel emocional, espiritual o energético.
Una de las formas más sanadoras de usar nuestra voz es ofreciendo nuestro canto como un acto de amor y cuidado hacia nosotras mismas, hacia otras personas o hacia la naturaleza.
Para ello no es necesario saber cantar, ni tener una “buena voz”, porque lo más valioso de esta forma de cantar no es la belleza, sino el poder de la intención.
ESCUCHA TU CUERPO
Nuestro corazón siempre agradece esta forma de mimo que podemos proporcionarle cantándole, al igual que una madre le canta a su bebé para calmarlo.
Para practicar el canto al corazón te invito a sentarte en una postura cómoda en la que te sientas en intimidad contigo misma y te recomiendo cerrar los ojos para favorecer la concentración y sensación de conexión interna.
Empieza haciendo un pequeño recorrido por todo tu cuerpo, desde la cabeza hasta los pies, para observar tus sensaciones corporales.
ESCUCHA TU RESPIRACIÓN
Sigue poniendo tu atención en tu respiración, observando el aire que entra y el aire que sale, y haz tres inspiraciones profundas, soltando el aire con la letra “a”.
ESCUCHA TU CORAZÓN
Continua llevando tus manos hacia el centro de tu pecho y escuchando atentamente los latidos de tu corazón. Ellos son los que marcaran el ritmo de tu canción. Escucha cualquier sensación, emoción o mensaje que tu corazón quiera contarte.
CANTA A TU CORAZÓN
Y cuando lo sientas empieza a canturrearle a tu corazón. Puedes empezar entonando notas largas con la letra “m”, seguir con distintas notas largas con la letra “a” e ir probando con diversos tonos y pequeñas variaciones que pueden irse convirtiendo en melodías sencillas.
Te recomiendo que, al menos al principio, no incorpores palabras, y que te dediques solamente a ir dibujando melodías inventadas.
Puedes cantarle a tu corazón el tiempo que lo precises, ofreciéndole así todo el amor, cuidado y respeto del que hoy seas capaz. Y las caricias que le ofreces con tu voz puedes también acompañarlas con caricias muy suaves de tus manos, ya sea mediante pequeños círculos o con toques suaves desde el centro hacia el exterior en todas las direcciones.
AGRADECE
Cuando lo sientas busca un final para tu canción y vuelve a poner tu atención en los latidos de tu corazón. Puedes acabar dedicándote un pequeño gesto de agradecimiento a ti misma, a tu voz y a tu corazón, que te acompaña siempre, latiendo para ti veinticuatro horas al día durante todos los días de tu vida. Cantarle a tu corazón es una buena forma de honrarlo y de agradecerle todo lo que hace por ti .
¡Espero que os regaléis la oportunidad de disfrutar de esta práctica! Ya me contaréis vuestra experiencia…
Navina Soler
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