DESMONTANDO CREENCIAS LIMITANTES SOBRE LA VOZ

A lo largo de los años me he dado cuenta de que muchas personas tenemos creencias limitantes y, muy a menudo falsas, sobre nuestras propias voces. Para recuperar y disfrutar de nuestra voz y nuestro canto de forma natural, como cuando éramos niños, vale la pena conocer estas creencias y mitos, para poder abrirnos a una nueva mirada.Estas son algunos de los puntos en relación a este tema que iré desarrollando y que considero fundamentales:
1- Toda/os sabemos cantar: ¡es innato!
2- Cantar es para toda/os y no algo exclusivo para cantantes
3- Toda/os podemos recuperar nuestra voz natural
4- Toda/os tenemos ritmo
5- Toda/os tenemos oído musical
6- ¿Estas segura/o que desafinas?
7- ¿Crees tener poco volumen de voz?

1. Toda/os sabemos cantar: ¡es innato!

Nacemos con un cuerpo con voz. El movimiento es innato, el movimiento del cuerpo y el movimiento de la voz. Si no hay algún impedimento todos podemos andar y emitir sonidos.

Si puedes andar, puedes ir un paso más allá y expresarte mediante la danza. Y si puedes hablar, puedes ir un paso más allá y expresarte mediante el canto.

Bailar y cantar es algo que todos los niños hacen de forma totalmente natural, si están sanos. La mayoría de bebés inician el movimiento automáticamente cuando escuchan música y la/os niños pequeños cantan a la mínima ocasión que se les brinda, y también se inventan canciones espontáneamente durante sus juegos.

¿Como es posible que mucha/os adultos creamos que no sabemos cantar si de pequeña/os lo sabíamos hacer espontáneamente, al igual que el resto de niños? Quizás lo fuimos dejando de hacer, por diversos motivos, hasta que llegó un punto en que olvidamos que éramos capaces.

2. Cantar es para toda/os y no algo exclusivo para cantantes

Aunque no todas las personas nos podemos dedicar al canto y al baile profesionalmente, todas nosotras tenemos un artista en nuestro interior que, si no conocemos, podemos redescubrir y disfrutar. Si le damos permiso y lo mimamos, nuestro artista interior se dedicará a enriquecer nuestra vida.

Con el tiempo, cantar podría convertirse en algo solamente reservado para las personas que nos dediquemos profesionalmente a ello. No podemos permitirnos perder semejante tesoro, un don que nos fue entregado a toda/os sin distinción.

¿Alguna vez te han echado de la pista de baile de una fiesta con los amigos porque no eras bailarín profesional? ¡A que suena ridículo? ¡Bailar es para divertirse y es para todos!

En cambio muchos tenemos la falsa creencia que para cantar en presencia de otras personas necesitamos tener unas dotes especiales… Muchas personas nos disculpamos con un “yo no se cantar” y algunos no nos atrevemos a cantar en grupo, y no nos animamos ni siquiera a cantar el cumpleaños feliz en la fiesta de nuestros amigos para no desafinar.

Cantar es nuestro derecho tanto si “afinamos” como si “desafinamos”. Es nuestro derecho natural de nacimiento el poder expresarnos mediante el baile y también el poder expresarnos mediante el canto. ¡Y además de ser divertido, nos perdemos algo realmente grande si no lo hacemos!

Y si alguna persona ha olvidado totalmente o en parte su capacidad innata, la buena noticia es que se puede recuperar.

3. Toda/os podemos recuperar nuestra voz natural

Según el Dr. Tomatis todo el mundo puede cantar “excepto los que tienen un impedimento mayor de orden orgánico, y que en realidad son muy pocos” (Tomatis, 2010: 12).

En nuestra sociedad, a lo largo de nuestra vida, el baile y el canto van haciéndose cada vez menos presentes.

Si en algún momento de nuestra vida hemos dejado de bailar o de cantar, y queremos recuperar ese don que permanece más o menos dormido en nuestro interior, es importante que tengamos en cuenta que no es algo que tengamos que aprender, sino más bien recordar (o re-aprender) porque cuando éramos niña/os ya lo sabíamos hacer.

Además, según la neurofisióloga Mary Schmid, citada por S. Chun-Tao Cheng en El tao de la voz “llevamos en nosotros dos mil millones de años de evolución, dos mil millones de años de memoria. Y gran parte de lo que llamamos “aprendizaje” no es más que el recuerdo, o dejar aflorar a la consciencia lo que ya sabemos” (Chung-Tao Cheng, 2008: 124).

Es importante que aprendamos nuevas formas para ayudarnos a recordar y redescubrir nuestros potenciales, para recuperar la espontaneidad y hacer florecer la semilla de belleza y autenUcidad que todos tenemos en nuestro cuerpo y nuestra voz cuando la liberamos.

Por lo tanto, no tenemos que aprender a cantar, sino simplemente recuperar lo que ya sabíamos hacer perfectamente cuando éramos niños, y os aseguro que es mucho más sencillo de lo que la mayoría imagina.

4. Toda/os tenemos ritmo

A menudo muchas personas manifestamos no tener sentido del ritmo. Pero, ¿Esta afirmación es posible fisiológicamente hablando?

Además de todos nuestros ritmos fisiológicos internos (cardíaco, respiratorio, digestivo, etc) que funcionan perfectamente sin nuestra ayuda, existe en nosotra/os la capacidad rítmica necesaria que nos hace posible andar. Si no tuviéramos sentido del ritmo sería imposible que pudiéramos caminar. ¿Alguna vez, mientras andabas has tenido la sensación de que perdías el ritmo? Probablemente no.

Si cuando bailas o cuando cantas percibes que “no tienes sentido del ritmo” es que hay una parte de ti, la que se da cuenta, que si que tiene sentido del ritmo, porque en caso contrario no podría ni siquiera darse cuenta de que has “perdido el ritmo”.

Con los años podemos llegar a desvincularnos de nuestro ritmo natural, pero eso no significa que no tengamos ritmo, sino que, en todo caso, si queremos recuperarlo debemos pasar a la acción.

Si quieres recuperar tu ritmo natural, la Biodanza, por ejemplo, es un sistema que puede ayudarte a ello a través de diversas formas y, específicamente, a través de todos los ejercicios rítmicos y de integración rítmico-afectiva que se practican.

5. Toda/os tenemos oído musical

Seguro que hay personas con más oído musical que otras, igual que hay algunas que tienen más memoria visual o más habilidad para el cálculo mental.
Pero aunque sea en mayor o en menor grado todos tenemos una capacidad innata para la música. Es muy dificil hacer entender experiencialmente este concepto a través de la expresión escrita, pero si escuchamos música atentamente nos daremos cuenta de que es así.

Benjamín Zander, director de la Boston Philharmonic y experto en temas de liderazgo afirma: “Nobody is musical deaf”, que traducido literalmente significa que “nadie es sordo musical”.
Os recomiendo ver el video de la interesante conferencia para TED de Benjamín Zander, donde explica este concepto con la sencillez, inteligencia y sentido del humor que lo caracteriza, y también nos da pistas para aprender a apreciar la música y disfrutarla plenamente (Zander, 2008).

En ésta conferencia Zander nos hace tomar consciencia sobre nuestros conocimientos musicales a menudo desconocidos por nosotra/os mismos. Intelectualmente quizás no sepamos mucho sobre música, pero nuestro cuerpo y nuestro oído están acostumbrados a absorber mucha “información musical”.

Esta sabiduría intuitiva parece un don totalmente normal si tenemos en cuenta que hemos escuchado muchísima más música a lo largo de nuestra vida de la que somos conscientes y que ésta se va grabando irremediablemente en nuestro inconsciente.

Sabemos mucha más música de lo que creemos y tenemos mucho más oído musical del que imaginamos.

6. ¿Estas segura/o que desafinas?

“La verdad vocal se antepone ante todo. La belleza vendrá después. La ética precede a la estética” (Wilfart, 1999: 62).

Lo más importante para empezar a cantar es aprender a dejar de juzgar nuestra voz y la de los demás y fijar más la atención en la intención de la voz, aprendiendo con cariño a aceptarla y amarla tal cual es.

“Podemos leer en las mentes de algunos de vosotros: “Yo no tengo una voz agradable.” Pero no estamos hablando de eso, sino de la intención que hay en vuestra voz. […] Cada palabra lleva consigo una vibración, una vibración que se incrementa al pronunciarla. ¿Cuál es la intención? ¿Destruir? ¿Crear amor? Las vibraciones del sonido que transporta la voz y su proyección sobre los demás producen un gran efecto sobre quienes las reciben” (Labonté, 2005: 180-1). Estoy convencida de que es de gran ayuda centrarnos más en la intención que en la forma para iniciar el proceso de dejar de juzgar nuestra voz.

Y aunque hay maneras de corregir el canto desafinado, creo que es muy sano que empecemos por cantar de todos modos aunque sintamos que desafinamos, porque, como decíamos al principio, es nuestro derecho y, sobretodo, porque amando nuestra voz, tanto si la consideramos desafinada como si no, nos estamos amando a nosotros mismos, porque nuestra voz está íntimamente ligada a nuestra identidad y también a nuestro ser.

Algún día podemos llegar a afinar, y quizás estaremos más cómodos con nuestra voz, pero es hermoso poder amarla durante todo el proceso.
Redescubrir nuestra voz natural es un proceso muy bonito de acompañamiento de uno mismo y de los otros, con el cuidado y cariño que merece una parte de nosotros en la que muchos nos sentimos vulnerables.

Según S. Chun-Tao Cheng “los factores de la desafinación pueden ser varios: técnicos, gsicos, mentales o emocionales, simples o combinados” pero “una de las causas más comunes del trémolo, la fluctuación en la voz, o cantar desafinado, es estar asustado”. Según el autor, transformar el estado de miedo en un estado de alegría puede ser una ayuda” (Chung-Tao Cheng, 2008: 117-9).

7. ¿Crees tener poco volumen de voz?

Otra de las creencias limitantes con las que nos encontramos a menudo consiste en creer que se tiene poco volumen de voz o poca capacidad pulmonar.
No estamos negando que algunas personas tienen más fuerza o volumen en la voz, al igual que otras tienen una constitución o estructura corporal más o menos fuerte.

Pero también es interesante observar que “el bebé […] emite un volumen sonoro bruto que no tiene nada que ver con la voz sofocada que, sin embargo, será más tarde “la suya”. Semejante desproporción merece estudio y reflexión” (Wilfart, 1999: 32).
Realmente da para reflexionar. Yo jamás escuché a un bebé al que le faltara volumen a su llanto. Si toda/os tenemos esa capacidad innata fisiológicamente hablando, podemos llegar de nuevo a la conclusión que no se trata de aprender nada nuevo, sino de recuperar lo que ya sabíamos hacer maravillosamente desde el instante en que nacimos.

Además de este, hay otro factor que algunas personas no tienen en cuenta, y que limita el volumen de nuestra voz cuando cantamos, y nos puede hacer creer falsamente que no tenemos suficiente volumen en la voz: se trata de cantar en una tonalidad que no es la nuestra.
Cada persona tiene un registro de voz que va desde la nota más grave (baja) que puede cantar, hasta la más aguda (alta). Si cantamos en un registro mas grave o mas agudo que nuestro registro cómodo perdemos volumen en la voz y a menudo también podemos desafinar para intentar ajustarnos como podemos.
Los hombres y las mujeres tenemos registros vocales diferentes, los hombres tienen un registro mas grave que las mujeres. Nuestro cantante preferido posiblemente tenga un registro diferente que el nuestro, especialmente si es del sexo opuesto al nuestro. Si esa canción que nos gusta la cantamos en nuestra tonalidad, y no en la suya, descubriremos que tenemos mucho más volumen y la voz más brillante de lo que pensábamos.
Si no estamos acostumbrados a cambiar la tonalidad de una canción para adecuarla a nuestra voz puede que nos cueste un poco encontrar nuestro registro cómodo y al principio quizás necesitemos ayuda hasta que le encontremos el truco.

 

Por todas estas razones es importante tener en cuenta que, ante cualquier dificultad o duda que sintamos respecto a nuestra voz, es muy recomendable que nos planteemos primero la posibilidad de que se trate de una creencia limitante. Si de niña/os contábamos con esa capacidad de la que ahora creemos carecer es muy posible que recuperarla sea mucho más sencillo de lo que imaginamos.

Perder el miedo y dejar de juzgar nuestra voz son dos de los antídotos principales para recuperar nuestra voz natural y poder disfrutar de todos los matices de la expresión de nuestro canto. Desprendernos de todos los mitos y creencias que nos limitan y desplegar las alas de nuestro canto es un proceso de desarrollo personal apasionante que nos permite re-conocernos, re-inventarnos y desarrollar nuestros potenciales de forma creativa.

Navina Soler

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CHUN-TAO CHENG, Stephen (2008). El tao de la voz. Gaia, Madrid.
LABONTÉ, Marie Lise (2005). Maestro de sus chakras – Maestro de su vida. Luzindego, Barcelona. TOMATIS, Alfred (2010). El oído y la voz. Paidotribo, Badalona.
WILFART, Serge. (1999). Encuentra tu propia voz. La voz como instrumento para tu desarrollo personal. Urano, Barcelona.
ZANDER, Benjamín (2008). Conferencia para TED. El poder trasformador de la música clásica. hdp://www.ted.com/talks/benjamin_zander_on_music_and_passion.html